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Georgia, la selección que impulsó a De la Fuente a la Eurocopa

Donaueschingen (Alemania), 27 jun (EFE).- Georgia trae los mejores recuerdos a Luis de la Fuente. Su mayor goleada como seleccionador, un 1-7 en Tiflis que sacó de la duda a España en la fase de clasificación y la impulsó con un golpe repleto de autoridad a la Eurocopa de Alemania. Alejó la duda tras el batacazo de Glasgow y espantó la crítica que con tanta dureza castigó al técnico riojano.

El selecionador español, Luis de la Fuente, durante el partido contra Georgia en Tbilisi, en una foto de archivo. EFE/EPA/DAVID MDZINARISHVILI
El selecionador español, Luis de la Fuente, durante el partido contra Georgia en Tbilisi, en una foto de archivo. EFE/EPA/DAVID MDZINARISHVILI

Donaueschingen (Alemania), 27 jun (EFE).- Georgia trae los mejores recuerdos a Luis de la Fuente. Su mayor goleada como seleccionador, un 1-7 en Tiflis que sacó de la duda a España en la fase de clasificación y la impulsó con un golpe repleto de autoridad a la Eurocopa de Alemania. Alejó la duda tras el batacazo de Glasgow y espantó la crítica que con tanta dureza castigó al técnico riojano.

No hay para De la Fuente ninguna selección rival de la importancia de Georgia en su corta, y exitosa, trayectoria como jefe de la absoluta. No fue un camino fácil. Antes de la conquista de un título para cortar once años sin éxitos de España, la Liga de Naciones, digirió como pudo la crítica más feroz por un mal partido.

Su falta de recorrido en equipos de élite, ser apuesta de Luis Rubiales por su conocimiento de la base en un momento de continua renovación en la absoluta, y ocupar el sitio de Luis Enrique, con tantos detractores como defensores de sus virtudes como el mejor seleccionador posible, pasaron factura cuando España dio la peor de las imágenes.

"¿Cuál es el plan?", "Escocia pinta la cara a una España que no funciona", "Naufragio en Glasgow" o "Una España decepcionante se estrella", eran titulares que se repetían en todas las portadas de los diarios. A De la Fuente, que había debutado oficialmente en el cargo tres días antes con triunfo en La Rosaleda ante la Noruega de Haaland sin Haaland, le dio por apostar por rotaciones masivas en un equipo en el que aún no había tenido los días suficientes para inculcar su filosofía y el resultado no pudo ser peor.

España venía de un descrédito reciente con su eliminación del Mundial de Catar instalada en la posesión eterna e improductiva en la peor ejecución de un estilo que en el cuaderno de Luis Enrique era mucho más vertical. Y esa revolución de equipo innecesaria entre partido de Luis de la Fuente le pasó factura.

Solamente repitieron en el once Kepa en portería y Rodri con Mikel Merino en el centro del campo. Hasta ocho novedades y una defensa que pasó de ser reconocible con Carvajal, Nacho, Laporte y Balde en La Rosaleda a ser un tiro al aire con Pedro Porro, David García, Íñigo Martínez y Gayá juntándose por primera vez en sus carreras. Alguno incluso en su primer encuentro como internacional en un escenario que siempre exige como Glasgow. Fallos groseros, dos goles encajados y falta de reacción.

Un 2-0 que provocó el momento más incómodo para De la Fuente. "Han sido dos accidentes. Estoy satisfecho porque he visto reflejado lo que hemos trabajado. Este es el camino y los jugadores han estado muy bien. Estoy contento con todos", afirmó un técnico con menos rodaje del actual ante el micrófono con un discurso que sorprendió aún más que su planteamiento por la falta de autocrítica.

Luis Enrique tardó cuatro encuentros ante rivales de entidad para encajar su primera derrota (frente a Inglaterra), Vicente del Bosque 14 (ante Estados Unidos) y Luis Aragonés 26 (contra Francia). De la Fuente la encajaba en su segunda cita. Tenía trabajo por delante para cambiar la opinión popular, para enganchar a la afición a su selección y despertar la pasión de un país que se fue apagando con decepciones desde la Eurocopa 2016.

Y consiguió un título que fue el primer paso, la Liga de Naciones 2023 con un grupo de jugadores que volvieron a saber competir ante los grandes, aunque el torneo no fuese considerado grande. Precedió a ese día que jamás olvidará De la Fuente, el partido en el que decidió dar paso a un niño de 16 años y 57 días llamado Lamine Yamal tras el descanso, cuando sus jugadores habían enterrado el capítulo de Glasgow.

Un 0-4 al descanso con la contundencia de Morata, marcando dos de los tres que hizo aquella noche en Georgia, un tanto de Kverkvelia en propia puerta y otro de Dani Olmo en pleno recital. Nico Williams y Yamal, la pareja de moda española en la Eurocopa 2024, cerraban la goleada. España se alejaba del terremoto institucional que vivía la Federación e imponía el buen fútbol para cambiar el paso en el Grupo A rumbo a la gran cita de Alemania.

Fue el primer día en el que el grupo de Luis de la Fuente respondió con grandeza a la obligación de ganar. Un triunfo mayúsculo del seleccionador para silenciar a los que pidieron su dimisión. De aquel vendaval de fútbol están presentes en Alemania Unai Simón, Carvajal, Le Normand, Laporte, Rodri, Zubimendi, Mikel Merino, Fabián, Nico Williams, Dani Olmo, Lamine Yamal, Morata y Joselu. Y debía estarlo Gavi si ese partido no se hubiese quedado grabado para siempre como el peor de sus recuerdos al sufrir una grave lesión de rodilla.

Roberto Morales